MENUDO FIN DE SEMANA...
Este fin de semana ha sido increíble, de los que dejan buen sabor de boca para toda la semana...
Han venido unos amigos de Pamplona, y había que salir ;-) El viernes íbamos a ir de tranquis pq los "pamploneses" acababan de llegar y tenían q cenar. Así q bajamos a un bar del barrio q se llamaba Chof-Chof (qué elegante) a por unos bocatas y unas cañitas. Al final, acabamos en el bar de al lado (en el q no había nadie pq se iba a traspasar) con Lapre tocando los timbales (pero con un taburete) y el Arrondo bailando con una rubia cuarentona (y el marido estaba al lado!!!). De vez en cuando se le bajaba un poco la manico al culete de la moza, pero bueno ;-) Llegamos a las 5:30 a casa.
El sábado cenamos en el sitio de siempre y nos montaron la de siempre: que si habíamos pedido mucha comida, que no les gustaba tener que tirar... Hasta nos amenazó la camarera: "Como quede una patata..." Qué fuerte. Al final, pedimos todo lo que quisimos y nos lo comimos todo. Así que vaya flojos que son los madrileños, no comen nada!! Después de llenar la tripa les hicimos una visita a los del bar en el que estuvimos el viernes. Nos recibieron majísimos, y echamos allí unos cubatas. Creo que fuimos los primeros que entramos en el bar aquella noche (e intuyo que también los últimos). De ahí fuimos directamente a Kapital porque ya eran las dos. Allí, en la puerta, vimos a Mar Saura, y dentro, a Yola Berrocal, al hijo del Pajares, y al Golosina (yo descubrí ese día quién era pq no lo conocía). Arrondo se fundió en un abrazo con el Golosina, y Miriam le confesó su admiración. Por cierto, se agarró un pedo más majico...
Sé que echaré mucho de menos esto.
Han venido unos amigos de Pamplona, y había que salir ;-) El viernes íbamos a ir de tranquis pq los "pamploneses" acababan de llegar y tenían q cenar. Así q bajamos a un bar del barrio q se llamaba Chof-Chof (qué elegante) a por unos bocatas y unas cañitas. Al final, acabamos en el bar de al lado (en el q no había nadie pq se iba a traspasar) con Lapre tocando los timbales (pero con un taburete) y el Arrondo bailando con una rubia cuarentona (y el marido estaba al lado!!!). De vez en cuando se le bajaba un poco la manico al culete de la moza, pero bueno ;-) Llegamos a las 5:30 a casa.
El sábado cenamos en el sitio de siempre y nos montaron la de siempre: que si habíamos pedido mucha comida, que no les gustaba tener que tirar... Hasta nos amenazó la camarera: "Como quede una patata..." Qué fuerte. Al final, pedimos todo lo que quisimos y nos lo comimos todo. Así que vaya flojos que son los madrileños, no comen nada!! Después de llenar la tripa les hicimos una visita a los del bar en el que estuvimos el viernes. Nos recibieron majísimos, y echamos allí unos cubatas. Creo que fuimos los primeros que entramos en el bar aquella noche (e intuyo que también los últimos). De ahí fuimos directamente a Kapital porque ya eran las dos. Allí, en la puerta, vimos a Mar Saura, y dentro, a Yola Berrocal, al hijo del Pajares, y al Golosina (yo descubrí ese día quién era pq no lo conocía). Arrondo se fundió en un abrazo con el Golosina, y Miriam le confesó su admiración. Por cierto, se agarró un pedo más majico...
Sé que echaré mucho de menos esto.
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